Los encontré tan contentos que no fui capaz de comunicar a mis alumnos aquella noticia terrible. La causa de su buen humor eran esas entradas gratis que su tutora había conseguido para ir al teatro. Decírselo hubiera sido convertirlo en malo para el resto del día o de la semana. De todos los maravillosos años de docencia que he vivido, recuerdo aquel minuto como el peor de mi carrera.